Se trata de un documental sobre José Ric Darne, militante antifascista de 103 años exiliado en Francia que nos cuenta sus recuerdos de combatiente y prisionero de la Guerra del 36 y la Segunda Guerra Mundial. Un trabajo realizado por el colectivo audiovisual euskomaño AP-68 Películas, filmado con dos teléfonos móviles por Mingo España y Manuel Alcaine con música original de Izaskun del Cerro y guion, montaje y dirección de Santi Ric y Javi Gil.
En Zaragoza, se podrá ver el 14 de abril a las 19.00 horas en el CC Sánchez Punter; en Uesca, el 15 de abril a las 12.00 horas en el local de CNT (c/ Felipe Coscolla, 3), y en Lleida, el 16 de abril a las 12.00 horas en el Ateneu Cooperatiu la Baula (carrer del Nou, 4). Todos los eventos serán con entrada libre con entrada inversa.
Una vida de lucha
José Ric Derné, militante antifascista de 103 años exiliado en Francia, desempolva su memoria como combatiente y prisionero durante la Guerra del 36 y la Segunda Guerra Mundial.
Con sorprendente lucidez, no carente de buen humor, va desgranando sus recuerdos, su peripecia durante la terrible etapa que le tocó vivir, primero como combatiente contra el ejército rebelde español y posterior prisión. Tras su huida y exilio a Francia, como prisionero del ejército alemán.
Es la misma o parecida tragedia sufrida por muchísimos españoles que, perdida la guerra, por ser del POUM, comunistas, socialistas o anarquistas, o sea, republicanos, tuvieron que exiliarse para salvar la vida. Pero José Ric, lejos de mostrarse en este documental como héroe de guerra, lo hace sin ápice de odio ni resentimiento, simplemente como testigo de todo aquél horror, de cómo superó las dificultades: el desarraigo, el idioma, la penuria económica… dejándonos toda una lección de supervivencia, de coherencia y de amor a su familia y a la vida.
José Ric Darné (Fraga,1920) lo tenía claro, y frente a la agresión fascista del ejército español de 1936 decidió ponerse del lado correcto. Y la vida, azarosa para quienes optaron por tan necesaria y noble alternativa, premió su antifascismo con una longevidad centenaria y, sobre todo, lúcida, capaz de guardar frescos todos los recuerdos de la época, los buenos y hasta los que la memoria suele desechar a modo de autodefensa por serlo menos.
Por fortuna, dos teléfonos móviles usados como cámaras y las curiosidades compartidas de Santi Ric y Javi Gil, capturaron dichos recuerdos para transformarlos en un testimonio vivo de aquel funesto trance. Un testimonio de primera mano, sin intérpretes que lo pudieran readaptar, en el que José Ric cuenta que nacer en «una familia luchadora en la que el dinero no contaba porque no existía» le abocó de cuna a iniciarse a los 16 años como correo en el frente de guerra, a alistarse en el ejército repúblicano en 1938 y, como consecuencia de tan desigual enfrentamiento, a ser capturado y preso en la cárcel franquista de Corbán.
Es este último incidente el que inaugura su infausto periplo por el Estado fascista en calidad de esclavo del franquismo; de huido a Francia donde percibe que los republicanos españoles no son bien recibidos y pareciera que los franceses quisieran hacerles pagar los sobresaltos causados por luchar durante tres años contra el fascismo; continúa como enrolado en el ejército francés para enfrentarse a los nazis, terminando otra vez como preso en un campo de concentración nazi y, finalmente, como reubicado en el prolífico exilio español de Toulouse (Francia).
Y por medio, armando la narración, José Ric va introduciendo anécdotas, algunas transmitidas de modo descarnado y otras matizadas con humor redentor, hasta recrear un testimonio vital en forma de documental muy bien hilado con estructura de «película rodante». Un documental necesario que salva la memoria de los luchadores enfrascados en las dos guerras más cruentas provocadas por el fascismo en el siglo XX y que sirve para combatir los 80 años de olvido, repartidos entre los 40 años de victoria inmisericorde y cobarde del franquismo y los 40 de «tupido velo» democrático, al que se vieron sometidos los y las luchadores antifascistas, exiliados o enterrados en cunetas.
