Descripción
(Rosa Chacel Arimón; Valladolid, 1898 – Madrid, 1994) Escritora española cuya obra se inscribe dentro de las tendencias vanguardistas surgidas en la década de los años treinta. Vinculada inicialmente al grupo de la Revista de Occidente dirigida por el filósofo J. Ortega y Gasset, se dio a conocer como novelista en 1930 con Estación, ida y vuelta, cuya forma y estilo la aproximaron a un tipo de objetivismo descriptivo, que años más tarde definió el llamado nouveau roman.
Por ese entonces ya había pasado varios años en Italia estudiando arte, lo que sin duda influyó en su gusto por el detalle del espacio dentro del cual se mueven sus personajes. Tras la publicación en 1936 del libro de sonetos A la orilla de un pozo, la guerra civil la llevó a exiliarse en Buenos Aires.
En esa ciudad publicó en 1941 Teresa, novela inspirada en la amante del poeta romántico J. de Espronceda, quien la retrató en su «Canto a Teresa». Iniciado en 1930 e influido por las vicisitudes del exilio, este libro recrea las miserias de la sociedad y describe sin concesiones «el aullido nocturno del romanticismo», como la misma autora afirma, haciendo de Teresa el arquetipo «del subsuelo romántico: endiosamiento, aventura, riesgo, crueldad, ambición y, sobre todo, imaginación entroncada con la realidad, lejos de la literatura y del brillo social». El edificio narrativo se fundamenta por un lado en una sólida prosa descriptiva y por otro en una cuidada composición psicológica de los personajes, con la que respondía a la máxima ortegueana de inventar «almas interesantes» antes que acciones.
Como se aprecia en sus novelas biográficas o autobiográficas posteriores, como Memorias de Leticia Valle (1946), Rosa Chacel utilizó como herramientas narrativas el retrato del protagonista y lo perfiló a partir de un elemento que definía toda su trayectoria vital, como el «espíritu bravío típicamente español»; la síntesis entre lo biográfico y el entorno espacial e histórico, y, lo que es más interesante en su caso, la perspectiva desde la cual observó la autora ese entorno. Esta actitud, los cambios que experimentaron las sociedades española y europea merced a los grandes conflictos bélicos y a la partición ideológica del mundo, y la influencia de una América «de historia decantada» y vital, se observan en su larga novela La sinrazón (1960).
Casi desconocida durante muchos años, debido a su situación de exiliada y a las mediocres condiciones de la vida cultural española, el tardío reconocimiento le llegó en plena vejez creadora: magníficos frutos literarios de un complejo tejido memorialístico, ensayístico y fabulador. Mencionemos los títulos: Icada, Nevda, Diada (1971), libro de relatos, y Novelas antes de tiempo (1980); los ensayos La confesión (1971), Saturnal (1972) y Los títulos (1981); el libro autobiográfico Desde el amanecer (1972), relativo a sus primeros diez años; la biografía de su marido, el pintor Timoteo Pérez Rubio y sus relatos del jardín (1980); el diario personal Alcancía. Ida y vuelta (dos tomos 1982), muestra elocuente de su autoexigencia y de su curiosidad intelectual; y una trilogía novelesca centrada en la vida de dos mujeres, compuesta por Barrio de Maravillas, de 1975, con el relato de la infancia en Madrid hasta 1914, Acrópolis (1984), hasta la guerra civil, y Ciencias naturales (1988), que transcurre en el exilio.
En 1987 le fue concedido el premio de las Letras Españolas. Entre sus últimas obras destacan la recopilación de artículos de crítica literaria Rebañaduras (1987) y la de artículos publicados entre 1946 y 1985, La lectura es secreto (1989), Balaam y otros cuentos (1989) y la antología Poesía (1931-1991) (1992), que recoge los libros de versos A la orilla de un pozo y Versos prohibidos (1978), así como los poemas publicados en diversas revistas. Entre 1989 y 1993 aparecieron los cuatro volúmenes de sus Obras completas. Recibió el título de doctora «Honoris Causa» por la Universidad de Valladolid en 1989, y cuatro años después se le otorgó la Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes.