Descripción
«Fanzine Poético», nuevo género literario pictórico, donde la obra de Juan Kalvellido se integra en los textos poéticos de Manuel F. Trillo, consiguiendo que adquieran una nueva dimensión. A partir de ahora, en un mundo de imágenes constantes, la poesía y la pintura deberán acompañarse indefectiblemente.
El autor. Manuel F. Trillo
Nació en Cabañaquinta (Asturias) en tiempos del nacional-catolicismo.
Actualmente es profesor de Derecho en Málaga, después de ejercer como profesor de Historia, «Master» en un par de especialidades, autor de artículos de Historia y colaborador en varios periódicos y revistas, y actualmente colaborador de inSurGente.org. Pero este sería el «ridículum vitae» que menciona su amigo Kalvellido. Albañil, herrero, cuidador de enfermos, tasador de girasoles, modelo en Bellas Artes, chamarilero, investigador, conserje, y enseñante (última parada), poeta desde los 15 años, pretende ser un buen violonchelista. Admira la inteligencia de Marx, Henri David Thoreau y Albert Camus. Militante desobediente y comunista libertario que consideró que todos los comunistas tenían las mismas intenciones. Un ingenuo. Su guía espiritual es la prudencia de los perros de la perrera y el silencio de que hacen gala las salamanquesas.
Algunos poemas de Manuel F. Trillo
INVOCACIÓN DE PERROS
Miramos hacia arriba
pues aunque el cielo no es nuestro
aún así, humanos, desconchados animales,
miramos hacia el techo infinito
en que desenvuelven sus misterios mariposas
y salamanquesas, ladramos más que a la luna de valencia
y viajamos en autobús al mediodía
aunque el billete tenga un defecto en sus perfiles
—nunca nos incluyen un menú—
advertimos mal tiempo en el Algarbe
y en las rocas de azúcar en Elviria, paseamos despacio las anchas alamedas
como se pasea por el lomo de las hembras
como se acarician los párpados violetas
como se hunden los testículos en agua
como se come un tocino de cielo en Casablanca
como se miran los sentidos al morir de asco
como se gritan los sordos en silencio un perro viento sin sentido
pido perdón, pues aquí vengo sin excusa,
un chintonic por favor y cuento un cuento
de perro, de perro, te chorrea la cachorra
mírate el cogote y bajarás los ojos al arco iris,
cambia el gesto y cámbiate el fular
tu olor es insoportable para este perro
pulgas y galán región, volteamos nuestros ojos hacia arriba
para ver que el destino de los insectos
es una barriga insaciable
que digiere voluntades, nos reímos tanto con las miserias importantes
y con ese vivo reflejo de la princesa azul nos reímos
aunque no veáis sonrisas en las fauces nos reímos de nuestra negra sombra
la vuestra es tan luminosa
que nos abruma cada noche haya luna o boca negra, brilláis a todas horas como esfinges
EL SUSTITUTO
Se lo llevaron en silencio al alba silencio de tacones
silencio de hombres confundidos
silencio de lotería de diciembre
silencio de gol en tu marco
silencio de novia reprendida
silencio de papel
silencio de vaca “José Rodríguez”, obediente levantó
la mano, acercó los pies al palmo,
dejó sus codos enganchados al silencio diez miraron ya que diez más
eran nombrados al alba oscura y en silencio sus ojos
y en silencio su sangre
y en silencio sus manos
y en silencio el espanto
y en silencio la promesa de vengar
al obediente los años del silencio pasaron lentos
por la cornisa de los campos
y en silencio quedaron para siempre
promesas en silencio.