Descripción
La literatura académica y la retórica institucional afirman que el desperdicio de alimentos en la producción agraria se debe a diferencias técnicas y logísticas. El presente libro, en cambio, parte de otra premisa: se pregunta si las desiguales relaciones de poder entre los agentes de la cadena agroalimentaria juegan un papel en este fenómeno. Para responder a esta cuestión, el libro estudia el clúster de la fruta en Lleida (Cataluña, España), cuyos tres principales actores son los agricultores, las centrales de acopio y la gran distribución. Como sucede en la mayor parte del sistema agroalimentario, este último se ha convertido en el agente hegemónico. La producción frutícola de Lleida ha vivido un fuerte proceso de innovación tecnológica desde los ochenta. Sin embargo, el porcentaje de producción sana que es rechazada ha aumentado, anulando la teoría de la deficiencia tecnológica. El caso analizado descubre que, cuando las realciones de producción son asimétricas, la inovación no se dirige a optimizar la eficiencia agraria, sino a incrementar los beneficios de los agentes hegemónicos. El agricultor, agente débil en el sistema agroalimentario, se ve obligado a modernizarse a través de estrategias productivas que generan desperdicio de alimentos y recursos. En otras palabras, la planificación de la producción se hace a favor de los intereses de la gran distribución, y no del mejor aprovechamiento de los recursos agrarios. Los autores son miembros del Observatori de la Alimentació (ODELA), grupo de investigación de la Universitat de Barcelona,