Descripción
Estado e Iglesia están igualmente interesados en mantener a los pueblos bajo el yugo celestial, modelo de los yugos terrenales. El derecho divino de los tiranos tiene necesidad de ser ungido por el óleo de la impostura sacerdotal. El embuste religioso es el sello del privilegié de la fuerza, como la fuerza brutal sirve de protección al privilegio del embuste religioso. El trono y el altar tienen intereses comunes de clase, y si alguna vez cuestionan entre ellos es por tener la preeminencia; pero el uno no puede prescindir de la otra.