Descripción
Diario, reflexiones y dibujos. […] Hoy es uno de mayo. El dï¿œa ha amanecido tristï¿œn y plomizo, como si a esta primavera le hubiera atacado una repentina melancolï¿œa un poco infausta y teatral. Si no fuera un recurso tan manido, yo dirï¿œa que el paisaje estaba en consonancia con mi propio estado de ï¿œnimo. Se veï¿œa que en cualquier momento iba a caer una lluvia persistente, y no ha quedado mï¿œs remedio que hacerse a la idea de pasar todo el dï¿œa en casa. Uno de mayo, fiesta entre semana, solo y confinado entre estas cuatro paredes, he recordado aquel poema que llamaba alegres a estas suspensiones de la rutina; no lo dirï¿œa por momentos como este. Como para aliviar mi tedio, se ha oï¿œdo una algarabï¿œa de bocinas y altavoces en la calle. Me he asomado a la ventana para contemplar un desfile de coches desde los que agitaban banderas rojas y demï¿œs parafernalia sindicalista. No cabe duda de que ponï¿œan mucho entusiasmo en hacerse notar y tanto fervor contradecï¿œa los rostros adormilados e indiferentes de los cuatro espectadores que estï¿œbamos acodados en las ventanas. No sï¿œ si calificarlo como manifestaciï¿œn, desfile o paseo motorizado de domingueros, pero lo cierto es que me ha causado una impresiï¿œn bastante triste y anacrï¿œnica. La verdad es que recordaba a una de esas celebraciones ruidosas que causan los triunfos futbolï¿œsticos. Si yo fuera un moralista y aprovechara estas pï¿œginas para descargar filï¿œpicas contra todo el mundo, afirmarï¿œa que en la actualidad el fï¿œtbol y la polï¿œtica son espectï¿œculos sinï¿œnimos. […]