Descripción
9º número de la serie Minianarquismos.
Si queremos una revuelta que atente contra todos los valores dominantes, es necesario acabar también con la opresión de género, no podemos pretender revoluciones a medias, revoluciones para liberar por mitades. Es necesario cuestionar y acabar con el sometimiento de la mujer por el poder existente, expresado en el dominio tanto del espacio privado como del público. Los modelos impuestos de lo femenino y lo masculino no son cuestiones naturales determinadas por nuestros órganos genitales; son roles que nos han obligado a ejercer, esto es un impedimento más en el intento de decidir libremente cómo queremos vivir y relacionarnos entre las personas.
Con esto no queremos decir que tanto los hombres como las mujeres han sufrido igual opresión dentro de sus roles de género, sólo queremos hacer notar que este modelo patriarcal nos condiciona a tod@s, y que la libertad real no está en afirmar una nueva masculinidad «más amable» y/o una feminidad más activa, sino que está por fuera de estos modelos, siendo individualidades libres y autónomas.
Esto no es una tarea terapéutica, sino una revuelta insolente, que surge desde nuestra fuerza y nuestra negativa a retroceder. Si nuestro deseo es destruir toda dominación, entonces es necesario que nos movamos más allá de todo lo que nos esclaviza.