Descripción
La acción feminista supone presiones sobre el Estado, a las que éste responde, de
una manera u otra. De modo explícito o implícito, las mujeres se enfrentan con las alternativas de ser asimiladas o de mantener la autonomía: las propuestas de reformas legales para eliminar la discriminación instituída en el cuerpo de la ley, las políticas de salud reproductiva, o aún muchas propuestas progresistas se dirigen al Estado y dependen de él. La integración de mujeres feministas al Estado provocó redefiniciones en las políticas estatales y cambios en las legislaciones, entre otros tantos resultados, en aquellos países en los que los movimientos de mujeres tienen fuerza. ¿Cómo conciliar la experiencia específica de la violencia por parte de las mujeres, con la concepción social dominante para el resto de la sociedad? ¿Es posible combatir y prevenir la violencia sin modificar esta concepción, sin caer en la trampa de usar teorías y argumentos que cumplen funciones reguladoras y reproductoras del status-quo, en el que las mujeres tienen un lugar asignado inmodificable «por naturaleza». Esta compilación da cuenta de la compleja y multifacética experiencia de los movimientos feministas en su relación con el Estado en las sociedades occidentales contemporáneas.
