Descripción
Yo también aspiro a una sociedad más justa en la que exista mayor igualdad entre los sexos y la violencia y la dominación no tengan cabida. Creo que vivimos en una sociedad patriarcal en la que hombres y mujeres somos socializados de manera desigual y creo que, en casi todos los ámbitos, las mujeres salimos peor paradas. Pero el actual feminismo institucionalizado de género no tiene nada de liberador, al imponer nuevos dogmas a hombres y mujeres, y volvernos menos autónomos y menos felices.
El género explica la articulación de la represión a la que nuestra cultura patriarcal, capitalista y blanca ha sometido a las mujeres y a las minorías eróticas, pero no da cuenta de toda nuestra realidad sexual. Es absurdo pensar que en la historia de las mujeres, en concreto en lo que atañe a nuestra sexualidad y nuestras relaciones eróticas, todo haya sido represión, a pesar de lo mucho que nuestra sexualidad ha sido reprimida y negada. La lucha contra el Patriarcado no es un enfrentamiento maniqueo entre hombres y mujeres, entre opresores y oprimidas, entre víctimas y verdugos. Es una lucha que debería concretarse en el desmantelamiento de los aspectos de nuestra civilización en los que la diferencia sexual, las diversas sexualidades y las singularidades eróticas son objeto de represión, discriminación y sometimiento. Y tal desmantelamiento no puede darse contra el hombre, sino que ha de ser una lucha conjunta de hombres y mujeres, diferentes, diversos/as y singulares.