Descripción
Los manidos tópicos acechan y Capmany, con estilo y documentación, los va derrumbando uno a uno. El papel de las patrullas de control y su aplicación de la justicia en la retaguardia catalana, cómo se puso fin a los incontrolados (mención especial aquí merece el fusilamiento del destacado cenetista Gardenyes, que supuso la “carta de presentación” de la Comisión de Información que dirigía el mismo Escorza), el control y seguimiento de los fascistas y sublevados en la retaguardia (con un papel muy destacado de los exiliados antifascistas italianos y alemanes), las falsedades acerca de los ajusticiamientos a curas, burgueses y derechistas atribuidos sin consideración ni rigor siempre a las filas anarcosindicalistas. Casi todas las formaciones políticas del bando “republicano” poseían sus propias columnas de defensa, espionaje y represión. La ausencia casi total de documentación escrita sobre su papel político e ideológico durante la etapa revolucionaria de la Guerra Civil, y finalmente, de dónde nacía el temor y respeto que con solo nombrarlo imbuía tanto a sus amigos ideológicos como a sus enemigos.