Descripción
Con motivo de la pasada militarización del espacio aéreo y la declaración del estado de alarma por estas fechas aún vigente, cobra de nuevo protagonismo el ejército en la vida civil. Esta vez no por la Insumisión, sino por la militarización.
Ya previamente, en febrero de 2010 se publicó un real decreto ( REAL DECRETO 194/2010, DE 26 DE FEBRERO) que a nivel legislativo abre el camino en el Estado español para la militarización del territorio. Este decreto es muy preocupante por la elevación a rango de autoridad civil de los militares, que en cualquier situación comprometida podría salir a la calle a patrullar, como ya está ocurriendo en Italia.
La situación que se ha creado con la crisis de los controladores podría considearse como una avanzadilla. Se ha conseguido hacer, después de una maniobra propagandística del gobierno y los medios a coro, con el aplauso de gran parte de la población.
Todos estos hechos que han venido produciéndose traen de nuevo a la palestra este librito publicado por Bardo Ediciones:
Ejércitos en las calles
Algunas cuestiones en torno al informe «Urban Operations in the Year 2020» de la OTAN
Para los que se obstinan en pensar que el razonamiento aquí detallado concierne solamente al limes del imperio, y no a su centro orgánico, para los que quieren de todos modos proyectar la escena del conflicto en otro lugar cualquiera con tal de que no sea aquí, en fin, para los que todavía continúan sintiéndose “en paz” con lo existente (o sea, con una existencia de paz), en el informe se simula una intervención de la OTAN en un teatro de operaciones en el cual las “ciudades de interés estratégico” no son ni Teherán (Irán), ni Pyongyang (Corea del Norte), ni –como hipótesis extrema– Pekín (China), sino que son las ciudades francesas de Rouen, Le Havre, Evreux y Dieppe.
El control preventivo y la represión de sublevaciones o insurrecciones eventuales se volverán cada vez más prerrogativas del ejército, el cual tendrá que efectuar, por tanto, verdaderas funciones de policía territorial, mientras ésta se “paramilitariza”. Además de controlar el territorio, el ejército tendrá que llevar a cabo actividades de gestión de la población civil: gestión física (refugiados, evacuados, etc.) y gestión psicológica (control y monopolio de las informaciones, relaciones con las autoridades locales, pero también con todas las realidades asociativas dispuestas a colaborar).
En esta perspectiva será necesario dotar a las fuerzas armadas de una adecuada preparación para conflictos urbanos, para evitar la histórica “incoercibilidad” de las “fuerzas rebeldes” en la guerra asimétrica. Al mismo tiempo, será preciso acostumbrar a la gente a ver a los militares patrullando las ciudades, para que nadie, por más avezado y/o aterrorizado que esté, se arriesgue a mover un dedo (ni siquiera el del medio).
Estamos dirigiéndonos hacia un “Estado militarizado”. Tanto las tropas asignadas a Pianura (Nápoles) como las que están en Via Padova (Milán) nos recuerdan que, de hecho, el año 2020 no está tan lejos.