Cuidado y peligro de sí

17,10

Fernando Castro Florez
978841210240 – Pepitas de calabaza & Cultural Rioja & Los aciertos – 2021 – 208 páginas /orri.

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Descripción

Cuidado y peligro de sí

CUIDADO Y PELIGRO DE SÍ

Cuidado y peligro de sí es una exposición colectiva que toma su título de la fusión de dos ensayos: El cuidado de sí de Michel Foucault y Pureza y peligro de Mary Douglas. Esta aproximación de la historia-genealógica de la sexualidad y el análisis de la contaminación y el tabú sirve (estratégicamente) para trazar una meditación sobre los modos (sintomatológicos) del “vivir juntos”. En una perspectiva (todavía)-pandémica (sin recurrir a planteamientos literalistas) se presentan obras de artistas que llevan años planteando la cuestión del sujeto más allá de los estereotipos.

Trabajos performativos, video-instalaciones, esculturas, dibujos, fotografías y cuadros articulan esta muestra que tiene voluntad de ser un ensayo filosófico. Eso no supone deslizarse hacia cuestiones crípticas o desplegar una erudición académica, sino asumir, como ha planteado Zizek, que el problema es que, aunque la vida vuelva a la normalidad, no será la misma normalidad que antes del brote: “Las cosas a las que estábamos acostumbrados como parte de nuestra vida diaria ya no se darán por sentadas, tendremos que aprender a vivir una vida mucho más frágil con amenazas constantes. Tendremos que cambiar toda nuestra postura ante la vida, ante nuestra existencia como seres vivos entre otras formas de vida. En otras palabras, si entendemos ‘filosofía’ como el nombre de nuestra orientación básica en la vida, tendremos que experimentar una verdadera revolución filosófica”.

Esta exposición tiene carácter “temático” sin pretender ofrecer una “tesis conclusiva”, prefiriendo abrir cuestiones o diseminar problemas. Tal vez evitar las simplificaciones sea el único modo de hacer justicia a la complejidad de lo que nos pasa. En cierto sentido, las obras de estos artistas nos permitirán pensar la comunidad/inmunidad, siempre que tengamos presente que “lo inmune –apunta Roberto Esposito- no es enemigo de lo común, sino algo más complejo que lo implica y lo requiere”.

Replegados en la cuarentena, des-movilizados por la pandemia del covid19, hemos tenido que aprender a vivir juntos de otra manera. Hemos escuchado hasta la saciedad discursos que balbucean ante el horizonte que califican de “vuelta a la normalidad”, usándose de forma extremadamente confusa el término desescalada cuando acaso solamente se esté alegorizando un batacazo tremendo o, peor, una incapacidad para empezar a afrontar lo que nos pasa. La ceguera frente a un planeta inequívocamente enfermo, paralizado por lo vírico (hechizado desde hace tiempo por la “viralización” de lo insustancial) no es meramente manifestación sintomática de un deseo de no saber (una suerte de sublimación de lo peor) sino que nuestro velamiento del colapso del Capitaloceno es una consecuencia de la incapacidad para pensar lo común.