COSTUMBRES DE LOS AHOGADOS 33 especulaciones

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Alfred Jarry
202304090001 – Corazones blindados – 2022 – 104 páginas /orri.

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Descripción

Desacreditar la opinión común establecida por códigos y convenciones es lo que se propuso Alfred Jarry en estas 33 especulaciones (algunas de ellas inéditas en castellano) al examinar los hechos sociales atendiendo a sus epifenómenos, esto es, observados a la luz de sus leyes particulares.

Contenidas en la edición póstuma de las Gestas y opiniones del Doctor Faustroll, patafísico, se refieren a hechos aparecidos en las noticias de los periódicos, a sucesos o accidentes llamativos que dan pie a Jarry a comentarios originales, humorísticos, para explicar el mundo suplementario al nuestro desde un punto de vista de relatividad radical, sin cuestionar ninguna ley física, sino las consabidas asociaciones de ideas, los códigos sociales y el pensamiento único de ‘la mayoría’ cuyas contradicciones Jarry expone demostrando la arbitrariedad de las leyes a las que él añade la coletilla ‘del más fuerte’, ya que ‘el contexto da fe de ello’ y la ritualización de la sociedad en sus gestos colectivos.

Este crédito del que goza la opinión común ‘con pretensión de ser pública’ es puesto en tela de juicio por Jarry en estas especulaciones de carácter social, atendiendo a los hábitos especiales de los encausados y hurgando con su incisivo bisturí en las particularidades de los hechos en cuestión.

Edición ilustrada con dibujos de Jossot. (Incluye: El cerebro del agente de policía, La existencia del Papa, La pesca del almirante, El caso de la señora Nación, Provocadores de naufragios y 28 especulaciones más)
Precursor de Dadá, el surrealismo y el teatro del absurdo, las obras anticonvencionales de Alfred Jarry (1873-1907) no dejan de causar escándalo a partir del estreno de Ubu Rey en aquel París finisecular de la belle époque del que fue lúcido y jovial insurgente. Además de escritor original dotado de una imaginación satírica y una capacidad de análisis insólita, inspirador de todo un Colegio De Patafísica, Alfred Jarry fue un contumaz bebedor de ajenjo, ciclista por placer y no por deporte, pescador aficionado, diestro en el uso de la espada, que solía llevar dos pistolas descargadas con las que disparaba simbólicamente contra todo pseudo-artista o impostor intelectual que se cruzaba en su camino. Refractario a códigos, convenciones, patrias, banderas, ejércitos, academias, escuelas… Apartado y arruinado, los hábitos especiales de Jarry lo condujeron a la tumba prematuramente, a la edad de 34 años. Su último deseo fue que le trajeran un mondadientes.