Descripción
1Stefano d’Errico (Verona, 1953) participa en el movimiento del 1968. Es maestro y, desde 1990, secretario nacional de la Confederación Italiana de Base Unicobas. En los noventa contribuyó al desarrollo de la asociación cultural «l’Altrascuola», organizadora de congresos, cursos y estudios para los profesores.
Publica (con otros autores): La diversità dormía. Cultura della droga, integrazione e controllo nei servizi per tossicodipendenti (a cargo de R. De Angelis, Istituto «P. Martini» – Officina Ed., Roma 1987). En 2000, presenta un compendio de «supervivencia sindical»: Tutti i contratti. Manuale per l’uso (U Book – Rubbettino, Catanzaro). En 2007 (Mimesis, Milano), publica esta obra, ahora traducida al castellano. Posteriormente ha publicado // socialismo libertario ed umanista oggi fra política ed antipolítica. Attualitá della revisione berneriana del pensiero anarchico (Mimesis, 2011).
Esta obra rechaza todo intento de hacer compatibles la revolución y la ortodoxia. La continua verificación de los postulados y el estilo antidogmático del intelectual anarquista italiano Camillo Berneri (alumno de Gaetano Salvemini y estimado interlocutor de Piero Gobetti, Cario Rosselli y Antonio Gramsci) indican la preocupación de afirmar la primacía de la ética sobre la política.
Berneri se posiciona contra la autonomía de la política. A los liberales, les dice que no hay autodeterminación sin equidad. A los herederos de Marx, que no puede existir igualdad sin libertad. Los medios condicionan el fin.
Berneri luchó contra el capitalismo, el fascismo y todas las formas de la «razón de estado» (bolchevismo incluido). Perseguido por Mussolini desde 1926 hasta el exilio, fue asesinado en la Barcelona revolucionaria del 1937 por los sicarios de Stalin. Berneri se atrevió a escribir en defensa del POUM, perseguido por Moscú, mientras se desarrollaban «los hechos de mayo».
El rigor de Berneri le situó en colisión con todos los ideologismos. Se interesó por la psicología condenando la demagogia, la obrerolatria y el antisemitismo de la izquierda. No se hizo ilusiones sobre la palingenesia revolucionaria o la «espontanea» justicia de las masas. Subrayó la diferencia entre autoritarismo y autoridad. Denunció la codificación de los criterios tácticos elevados a principios dogmáticos. Berneri se posicionó contra el positivismo dominante y la religión de la ciencia. Se declaró experimentalista, humanista y agnóstico. Luchó para afirmar la libertad religiosa.
Berneri muestra a los anarquistas la necesidad de un proyecto, poniendo en guardia contra el paradójico «seguidismo», resultado de una falta de estrategia política (violación del principio ético de la responsabilidad). Señala la antítesis estado-sociedad, da valor al asociacionismo y a instituciones libres de la sociedad civil, al comunalismo, al federalismo y, como instrumentos, al anarcosindicalismo y a una organización libertaria con identidad colectiva. Fomenta el gradualismo adecuado a las batallas de opinión y las necesarias alianzas contra todo totalitarismo.