Descripción
Horst Fantazzini.
Paseo un poco, después me paro a contemplar un folio pegado desde hace pocos días en un muro: es la lista de los detenidos clasificados «buenos» en el segundo semestre de 1973. Mi nombre también se encuentra en esta clasificación (arbitraria porque nadie me ha preguntado mi parecer), y eso me da el derecho de poder escribir (en base al decrépito reglamento penitenciario todavía en vigor) dos cartas suplementarias al mes a costa de la administración penitenciaria. Hace días, cuando distinguí mi nombre en aquella lista, probé un sentimiento de vergüenza. Sonrío al pensar que algún funcionario aplicado borrará sin dudas mi nombre de aquella lista antes de la noche…