Descripción
Aquel joven pensador, que en 1841 presentó en Berlín su tesis para el doctorado, era un espíritu minucioso y severo que no se aventuraba en ningún tipo de teoría sin antes haber escudriñado al máximo cuanto sobre el caso había sido objeto de estudio en todas las épocas. Apuntaba ya, con este talante, su rendido tributo a la investigación. Todo en ñél era producto de verificaciones y análisis. Se irritaba ante la gratituidad de las palabras brillantes, que sólo podían traducirse, a la postre, en demagogia.
La tesis doctoral, el primer trabajo que se conoce de Karl Marx, nos muestra el proceso de su evolución ante la filosofía. Es del más alto interés descubrir en el joven Marx, en el estudio comparativo de las teorías de Epicuro y Demócrito, cómo en su juventud trazaba ya la línea de su originalísimo pensamiento y cómo la filosofía ocupaba su atención para alcanzar en sus años de madurez aquel sentido perecedero que aún no ha sido bien captado en su profunda significación.