Descripción
En pleno siglo XXI, el deporte femenino está logrando deshacerse poco a poco de los lastres que tradicionalmente han mermado su socialización, visibilidad y reconocimiento público; un proceso que no podría comprenderse si se ignora la irrupción del movimiento feminista y la paulatina incorporación de las mujeres a sectores profesionales antaño poco permeables a su presencia.
Uno de estos ámbitos ha sido el periodismo deportivo, feudo masculino por antonomasia que, imbuido de los valores machistas hegemónicos en la sociedad patriarcal, ha favorecido la minusvaloración de las prácticas deportivas femeninas y su invisibilización; un panorama que, por suerte, empieza a cambiar gracias al camino abierto por pioneras como Ana María Martínez Sagi, Josefina Carabias o Sara Estévez